Buitres y rastro de Lobo

 Hoy repetí la zona de la entrada anterior sin subir a la Xamoca, que iba sin tiempo. Aún así las tres horas que estuve al aire resultaron entretenidas.

Por la pista que sube, y en el mismo lugar que el sábado pasado, una Garza real. Quizá fuera un buen presagio...

Ayer hizo un día casi de invierno, lluvia y nieve. Hoy con el sol ya saliendo los Buitres leonados aprovechaban seguro que para desquitarse y esperar las corrientes o solamente por templar, ellos sabrán. El caso es que ocupaban casi todo el cordalillo de rocas la lado de la ruta.

Buitre leonado

Llegando al final de la pista empiezo a pisar nieve y veo un rastro de lobo muy claro que va por el medio, en una bifurcación ellos tiran para un lado y yo para el otro. Me digo que luego, al bajar me paro a ver, pero no hizo falta. Arriba en el collado me lo vuelvo a encontrar igual de evidente.

Claramente son dos, me los imagino a su trote característico, pisando uno exactamente donde el otro..., ¡y no hará ni 24 horas que estaban donde yo ahora!. Salen al collado siguiendo una trocha que enlaza con la bifurcación anterior donde nos separamos. 

Y en un momento dado deciden parar y revolcarse en la nieve.

Siguen el camino otra vez pisando los dos en el mismo sitio. Muy cerca uno se para y  marca con orina. En la matilla, al lado más a la derecha, se aprecia la mancha amarilla.

Más adelante uno se vuelve a parar para esta vez dejar su firma de forma más sólida aunque el mal tiempo del día casi la ha licuado. Ahí entre las ramas está.

Qué pena tener que volver a casa...