Aunque en verdad tuvimos un día de tregua, hace ya... ni me acuerdo.
Y ahí está, quince días echando agua dan para llenar el río e ir reduciendo los lugares donde poder poner los pies en seco, aunque de arriba nos siga cayendo.
Los más abundantes sin duda los Ánades reales, unos buscan remansos entre la maleza y otros comparten piedra con los que no tienen ganas de andar luchando contra la corriente.
y aquí con un Cormorán grande
El apurón del agua hace que incluso los más desconfiados se traguen su orgullo y tengan que aceptar la proximidad humana sin rechistar.
Garza real
Otros equivocan su oficio y quizá les gustaría ser patos por un día.
Cuervo
Y el resto, que remedio, a verlas venir.
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