Y de esos algunos más casi el 100 % de lo que esperaba.
En el agujero de la orilla del río hoy salto cualitativo: un cojín hinflable, pero ¿dónde has estado todas estas veces?, éste se queda ya fijo en la mochila.
En media hora ya aparece el Mirlo acuático, como la otra vez muy curioso. Se va acercando hasta llegar al borde de la distancia de enfoque y, una vez cerca, se queda tranquilo (me supongo), ve que esa cosa que hay ahí no tiene malas intenciones y vuelve a lo suyo.
Estando con el Mirlo veo una mancha naranja quebrar justo delante, en un principio pensé en un Petirrojo, pero no, ahí está el amigo. El palo que usa de posadero lo puse el jueves y hoy ya estaba en él. Eso sí, al igual que el Mirlo, la intención es puramente ver que hay detrás de esa mancha verde, en todo momento no me perdió de vista y después de tres minutos ya no volvió. Día de suerte.
A todo esto anda un Cormorán grande por las proximidades también. Primero controlándome luego ya parece que más confiado empieza la pesca, sin resultado, y opta por ponerse a secar un poco aprovechando el poco sol que sale.
Una que me pone nervioso y todavía no he sido capaz de sacarle alguna foto que me guste es la Lavandera cascadeña, mira que hasta han llegado a picotear la tela del escondrijo, pero nada, no hay manera con ellas y no se dejan hacer.
De lejos andan Mirlo común, Cuervo y Paloma torcaz aprovechando una pocilla en la orilla para buscar bichos y darse un baño. Y por detrás Petirrojos, Chochín y Ruiseño bastardo.
Y dije al principio que casi el 100 % de lo que esperaba porque me faltó la Garza real, pasaron volando a punto de bajar, vieron algo raro en la orilla, una de ellas, eran dos, me sobrevoló por encima a escasos 5 metros y hasta ahora, se fueron por donde vinieron.
Ya antes de marchar una pareja de Ánades reales, que mira que son desconfiados lo silvestres, el macho no aguantó y voló más lejos, la hembra pasó por delante sin perderme de vista...
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